Los partidos políticos como “instituciones fundamentales de la democracia” están por desaparecer como los dinosaurios (Charly Garcia dixit). Los “Indignados” traducen la “sensación térmica” y la decisión de los propios legisladores, otrora integrantes de esas mismas asociaciones, al impulsar las elecciones primarias, simultáneas y obligatorias, trazan su extinción.
Dos circunstancias se dieron cita en las últimas elecciones en la provincia de Santa Fe: a) Solamente dos frentes electorales compitieron en la primaria ( radicales/socialistas/demócrata progresistas) y b) el peronismo con sus diferentes matices. El resto de las propuestas electorales se limitaron a cumplir un requerimiento formal impuesto por la ley.
¿Cual fue la experiencia y simultánea verificación que algunos de nosotros tuvimos en la participación electoral?.
1) El poder omnímodo de la publicidad y el requerimiento económico que impone cada candidatura. Sin recursos es imposible convertirse en alternativa
2) La inexistencia de debate político, de compulsa de proyectos o ideas. Toda la campaña electoral quedo reducida a frases, slogans y canciones .
3)Los rostros de los candidatos que encabezaban las diferentes categorías electorales reemplazaron los símbolos partidarios y al propio partido político. Ahora se transformaban en “frentes” y los nombres adoptados en la coyuntura sustituyeron historias centenarias de luchas por su reconocimiento.
Un querido y distinguido amigo, Hugo Quiroga, politólogo, sin perjuicio de reconocer el avance que significa el actual sistema sobre la llamada “lista sábana”, cuestiona “la personalización de la política”, que a su juicio este sistema puede llegar a agudizar por la conformación de la boleta, con un único candidato sobresaliendo en la foto. Se vota más a un candidato que a un partido, nos dice Quiroga, en un reportaje publicado en el diario “La Capital”, de Rosario, por eso es que hay tanta fluctuación en el voto. Si en una boleta única figura la foto de una sola persona y hay recursos materiales para darle mayor publicidad a eso, sin duda que va a tener influencia en el electorado.
Pero, probablemente, el debate más interesante tiene referencia en dilucidar si las propuestas que hemos conocido en el proceso electoral, son coaliciones o frentes electorales.
El socialismo, durante todos estos años, se ha servido de alianzas que prometieron convertirse en coaliciones y se redujeron, finalmente, a frentes electorales. La misma conducta fue adoptada por un sector del radicalismo de Santa Fe, en su alianza con Carrió. Sin lugar a duda, en la legitimación que exhiben los protagonistas y su representación partidaria aflora el vicio.
Observemos: Cuando Bonfatti constituye su alianza electoral no lo hace con la institución UCR, sino con uno de sus afiliados, a la sazón, concejal de la ciudad de Santa Fe. Ello evidentemente conspira con la conformación de una coalición y lo redice a un frente electoral. ¿Que acuerdo estratégico puede suscribir Henn, candidato a Vice Gobernador, sin la ratificación de a UCR?
El caso “Barletta” es más notable: Conforma una alianza con la Coalición Cívica de Carrió para las elecciones provinciales y ahora, frente a la coyuntura nacional, integra sus listas a diputados nacionales con la precandidata a Vice Gobernadora de Giustiniani, integrante de la Democracia Progresista. En ninguno de los dos casos, formaliza alianza de partidos políticos, sino con determinadas personas. “la personalización de la política” como nos dice Quiroga.
“Las coaliciones son la expresión de un contrato democrático. Es decir, nacen de las coincidencias que hay entre partidos sobre un programa político determinado. Ese programa aglutina a fuerzas políticas diversas. Incluso el programa puede contemplar zonas que no estén aceptadas en el programa. Por ejemplo, zonas que se dejan expresamente a un lado, como puede ser el tema del aborto o la despenalización de la droga. Luego, lo que tiene que haber para que una coalición funcione es una cohesión interna para que todos trabajen de común acuerdo en una misma dirección” (Quiroga, Hugo en reportaje en La Capital Rosario).
¿Esos requisitos no los reúne el Frente Progresista? Evidentemente NO. El frente que ganó la gobernación con Binner, fue un frente electoral que nunca se constituyó en una coalición de gobierno.
Quiroga, en el mencionado reportaje, nos dice “En primer lugar, no hubo un gabinete de coalición, que es lo primero que surge en una coalición de gobierno. Es decir, que estén representados los partidos en función de su tamaño y la representatividad que tenga en la sociedad. La coalición tiene que definir reglas internas de funcionamiento, estableciendo cómo se distribuye el poder en el interior del gobierno. Es preciso, también, determinar la forma de resolución de los conflictos.
Estoy convencido que la mayoría de la población esta desencantado y desilusionado de los políticos. Observa a su “dirigencia” como una casta, divorciada de la realidad, que confunde lo público con lo privado, que se aferran al poder alterando los principios republicanos de periodicidad en los mandatos, la división de poderes, la responsabilidad de su función.
Desde Ejercicio Ciudadano, entendemos que el desafío del Frente Progresista, quien ganara las elecciones en la categoría Gobernador tiene la responsabilidad moral y social de conformar una verdadera Coalición Política para gobernar los destinos de los santafecinos durante los próximos 4 años.