Vivimos en un país donde la política está desfigurada, manoseada, desvalorizada. Nos limitamos a quejarnos sin fundamentos, pidiendo una y otra vez “que se vayan todos”. Culpamos a nuestros dirigentes políticos de cada una de las desgracias argentinas, sin siquiera reflexionar de esa culpa.
A la hora de ejercer el poder que tenemos como ciudadanos, eligiendo a quienes nos representarán durante un período dado, lo hacemos sin información y sin que nos importe demasiado. No tenemos la iniciativa de leer y escuchar día a día las noticias, pero sí tenemos la iniciativa para quejarnos.
Podemos ser mejores, pero no queremos. Nuestro deber como ciudadanos, no es solo funcionar como votantes, sino también, funcionar como sociedad, una sociedad que sabe lo que es bueno para un país y lo que no.
Solo podemos lograrlo, saliendo de la ignorancia, informándonos y dejando de considerar la política como un tema tabú. Nunca podremos avanzar, si los jóvenes de hoy no logran ver la importancia del tema. Tampoco lo lograremos si las cátedras de política en las escuelas secundarias son casi inexistentes.
Tenemos el privilegio de no estar censurados, así como también tenemos medios de comunicación a los cuales podemos acceder libremente.
En este año que acaba de empezar, con nuevas autoridades, incentivo a los habitantes de este país, a aprovechar la libertad que tenemos como ciudadanos. Tengamos presente que podemos ser mejores, pero no queremos. Es el deseo de un estudiante de Ciencia Política.