En estas líneas intentaré esbozar no tan extenso y lo más claro posible, los argumentos que sentimos/vemos/pensamos/nos mueven, en relación a lo acontecido en Paraguay hace unos días.
Desde la asunción de un gobierno diferente al colorado, que hasta el 2008 llevaba ya 61 años de poder, 35 años de los cuales fueron de una Dictadura de las más sanguinarias en la región, se fueron dando trabas a todas las políticas públicas planteadas por el gobierno de Fernando Lugo. Parlamento, Poder Judicial, instituciones independientes del Poder Ejecutivo, sin embargo, no limitadas en sus “negociaciones” institucionales en asuntos en donde algunos intereses particulares o corporativos se encuentran en juego. |
En ese sentido, esos intereses han sido visibilizados a lo largo de 4 años de un gobierno nuevo, y nuevo en el sentido amplio: ideas, prácticas y personas, al menos a nivel técnico, ya que muchas personas del ámbito de sociedad civil fue a instituciones estatales para realizar sus actividades desde ese nuevo ámbito.
Esto quizás debilitó a la sociedad civil, en otros casos se fueron dando situaciones que afectaron a la sociedad civil, pero este dato es más como para tener un panorama general de cómo se fueron dando las cosas.
Durante los años de Gobierno se fueron suscitando algunas situaciones complicadas en algunos casos, como la paternidad del Presidente, su pasado religioso con lo cual la moral estaba a flor de piel en la sociedad, la vinculación con los bloques de izquierda a nivel regional, entre otras cosas.
En Paraguay la palabra izquierda, comunismo, socialismos han ido apareciendo en el vocabulario recién desde el 2008 y hasta hoy en día sin mucha claridad en cuanto al concepto real de los mismos, por lo cual en estos momentos la idea de que cualquier manifestación sea pacífica o no, está ligada primeramente a la defensa de Lugo o como un acto típicamente de la izquierda.
Lo que se dio en Paraguay en estas 2 últimas semanas es la muestra fiel de la intolerancia a lo distinto, a lo opuesto al status quo… parlamentarios dejaron salir sus ansias de retorno, de retorno del sistema excluyente, enriquecedor de bolsillos particulares o corporativos.
Las acusaciones contra el presidente Lugo siendo objetivos carecían de sustentos legales, ya que la moralidad en verdad no puede ser materia de debate en ese sentido, por lo cual los alegatos esgrimidos por la parte acusadora se encontraban volando al aire. Las fuentes de sustento lo constituían recortes de periódicos o comentarios de pasillo.
El juicio político estaba cantado desde el primer día en que Lugo juró como presidente constitucional, electo por el voto popular, simplemente el Partido Liberal se encontraba seducido por las ansias de poder por lo cual no apostaba a juntar los votos necesarios para enjuiciar al presidente.
En el último año de mandato de Lugo, el Partido Liberal inicio una campaña contraria o en sentido contrario del proceso emprendido en 2008, exigiendo mayor “participación” a través de cargos en puestos claves, lo cual no se iba dando de la manera en que exigían. Este fue uno de los motivos de alianza posterior en las cámaras para conseguir los votos suficientes.
Es por ello que sostenemos que el juicio político ya contaba con una condena previa a su realización, estaba cantado, dibujado y bien articulado desde antes… simplemente no encontraban las excusas perfectas para llevarlo a cabo hasta aquella trágica jornada en donde 17 compatriotas mueren en un enfrentamiento, entre policías y campesinos.
Paradójicamente, saquen sus conclusiones, una semana antes de ese episodio uno de los parlamentarios, quien posteriormente fuera fiscal acusador, fue quien solicito la intervención policial en esas tierras para expulsar a los campesinos de las mismas y que terminara en ese enfrentamiento… coincidencia?
La visión objetiva desde lo legal es que el Presidente no tuvo el tiempo suficiente para esgrimir una defensa sólida y con pruebas irrefutables para defender su gestión, pero sostenemos que aunque le hubieran otorgado más días la condena habría sido la misma porque el objetivo era destituirlo. Es por ello que los senadores al momento de establecer el reglamento para el juicio político fueron tajantes: 2 horas como tiempo máximo para presentar defensa.
Esto es considerado de alguna manera por un gran sector de la ciudadanía, a pesar de los medios de comunicación que informan lo contrario, como un golpe de estado parlamentario… se han utilizado todas las figuras posibles para llevar a cabo el juicio pero sin contar con causales sólidas, firmes y comprobables.
Es interesante dejar en claro que la postura nuestra no es una campaña a favor de Lugo sino más bien de respeto a los procesos, a la decisión popular en las urnas en aquel 20 de abril, por el respeto de las políticas públicas que se vienen implementa muy a pesar del parlamento que ha ido planteando recortes presupuestarios en las políticas públicas, por ser estas dirigidas a sectores más vulnerables y vulnerados.
La resistencia ciudadana va más dirigida a vigilar que esto no se convierta, en lo que vamos viendo lentamente, en una dictadura porque ya iniciaron tratando de censurar a la TV pública paraguaya, realizando cambios a pesar de expresar que no se realizarían en esos lugares, el no reconocimiento del Parlamento como institución representante del pueblo ya que el mismo está ignorando a la ciudadanía, inclusive desmeritando el papel del clamor popular de sus propios representados.
Por ello es importante que las organizaciones e instituciones de países amigos puedan contar con información menos contaminada, los medios de comunicación paraguayos en estos momentos desinforman y empiezan a mostrarse como armas de “re educación” sobre lo que “realmente pasó”.