Pasaron 27 años desde la recuperación de la democracia para que finalmente y luego de tantas demoras el Tribunal Oral Federal N°1 de Rosario hiciera justicia. Los cinco genocidas fueron condenados a cadena perpetua e inhabilitación por su actuación en los centros clandestinos de detención Quinta de Funes, La Calamita, La Intermedia, Escuela Magnasco, ex Fábrica Militar de Armas Domingo Matheu, ubicados en Rosario y alrededores. Los crímenes de estos cinco imputados –privaciones ilegítimas de la libertad, torturas, homicidios– fueron considerados de lesa humanidad por los magistrados, razón por la cual hicieron lugar a la condena que pedían los querellantes.
“La valentía de los testigos hizo posible esta sentencia ejemplar”, declaró Gabriela Durruty, abogada de algunos de los querellantes, a lo que agregó: "Cinco perpetuas en cárceles comunes por los delitos de lesa humanidad juzgados: privación de la libertad agravada por perpetrarse mediando violencia y amenazas, aplicación de tormentos agravados por ser cometidos contra perseguidos políticos y homicidio triplemente calificado, por alevosía, por ser cometido para perseguir la impunidad de otros delitos y por el concurso preordenado de dos o más personas. Rosario se eleva a la jerarquía de ciudad donde se respeta el standard mínimo en materia de Derechos Humanos, acorde la legislación internacional”, afirmó la abogada.
Durruty recalcó que “se condenó a 5 integrantes del destacamento de inteligencia 121 de Rosario. La inteligencia, al decir de la causa 13, constituía el sistema nervioso del plan sistemático de represión ilegal, mediante el cual los genocidas asolaron nuestro país durante la última dictadura militar”.
Desde Ejercicio Ciudadano queremos expresar nuestro agradecimiento a todas las organizaciones de derechos humanos que hicieron posible este fallo reconfortante. Sin su incansable lucha y compromiso la justicia no hubiese llegado.