Consideramos que esta destitución constituye un golpe de Estado encubierto en la medida en que es un atropello a la democracia y una violación al derecho de representación de los pueblos. El Congreso paraguayo con inédita celeridad destituyó al Presidente Lugo mediante un juicio político sin ajustarse, aparentemente, a las necesarias reglas de imparcialidad, debido proceso y derecho de defensa.
Desde nuestra Fundación luchamos por el respeto a las prácticas constitucionales y a las decisiones tomadas en elecciones libres y democráticas y advertimos sobre las graves consecuencias que este hecho representa para la democracia y los derechos humanos en América Latina.