Los autores de los proyectos son los senadores Danilo Capitani (PJ - SFPT - San Jerónimo) y Hugo Marcucci (UCR - FPCyS - La Capital), y justifican su presentación desde lugares similares. Capitani resalta el sistema de boleta única pero hace hincapié en que es necesario agilizar el escrutinio. Por su parte, Marcucci sigue en esta línea, mencionando varios beneficios del voto electrónico y considerándolo como una instancia superadora de la BU.
Ambos proyectos contemplan los mismos plazos de implementación, y esperan que para el 2017 el 100% del electorado vote electrónicamente. Difieren en los porcentajes pretendidos para la primera aplicación: Marcucci se conforma con entre un 5 y un 15% de alcance, mientras que Capitani pretende entre un 15 y un 30%.
Una de las grandes falencias de estas dos propuestas es la falta de definición en puntos fundamentales: ¿Cómo se obtendrán los equipos? ¿Se contratará una empresa proveedora? ¿Qué monto económico representará? Marcucci en sus argumentos indica: “Es de destacar el menor costo, ya que la gran inversión se hará en el primer comicio”. De esta afirmación se desprende que en principio la provincia adquiriría los equipos en vez de alquilarlos, pero luego en el texto de la ley no se especifica esta cuestión.
Párrafo aparte merece un aspecto clave para la transparencia de comicios con voto electrónico: el software. El proyecto de Marcucci no se refiere a este tema, mientras que el de Capitani hace esta única salvedad: “El software utilizado para el SVE deberá ser de código abierto a efectos de permitir su fiscalización por parte de los partidos políticos”. Sin embargo, no se explica si pertenecerá a una empresa o si será desarrollado por el Estado o las universidades, por ejemplo.
Está cuestión es clave, y resulta importante compartir la experiencia en Córdoba al respecto, donde la ley de reforma política explicita que la consigna es propiciar convenios con las universidades para que sean ellas quienes puedan diseñar el software y el hardware del sistema de voto electrónico. Si bien una decisión de este tipo implica plazos de desarrollo e implementación más extensos, el resultado es totalmente diferente en términos de seguridad y transparencia.
Los dos proyectos presentados en Santa Fe pretenden aplicar el voto electrónico en las elecciones de 2013, por lo que se deduce que, al menos en esta primera experiencia, se debería contratar a una empresa privada tanto en lo que se refiere al software como al hardware. En ese caso, la etapa de auditoría cobra mayor importancia, exigiendo acceso al código fuente del sistema. Cabe destacar que no todas las empresas están dispuestas a permitir tal acceso a sus creaciones.
En este sentido, los proyectos aquí analizados muestran profundidades diferentes en torno al control y fiscalización, siendo el de Marcucci el que más estructura este aspecto. Con respecto a la auditoría previa a los comicios, su proyecto prevé un control diez días antes de los mismos, otorgando un plazo de dos días al Tribunal Electoral para responder a las inquietudes que puedan llegar a plantearse.
Este plazo parece demasiado ajustado, si consideramos la opinión de Mariano Mosquera, representante de la organización Ciudadanos 365, en relación a la experiencia con voto electrónico en La Falda: “Un código fuente para ser auditado necesita de fiscales informáticos de los partidos probablemente por varios meses, quizá medio año, con documentación”.
La propuesta de Capitani no se refiere a esta auditoría previa. Lo único que prevé en su texto es la facilitación de un acceso prioritario al sistema de escrutinio provisorio. Ninguno de los textos se refiere a la etapa de inseminación del software, en la que se controla que el software validado haya sido correctamente cargado en cada una de las miles de urnas electrónicas que se usarán el día de los comicios.
En cuanto al control gubernamental del sistema, el proyecto del legislador de la UCR prevé la creación de tres organismos que monitorearán y evaluarán en las distintas etapas la implementación y el funcionamiento del sistema. Por su parte, Capitani propone el escrutinio manual de un 30% de las mesas electorales a fin de verificar el correcto funcionamiento del sistema. En este aspecto parece más avanzada la propuesta de Marcucci, y parecería que un 30% de control manual representa una expectativa de error muy grande.
Finalmente, en lo que se refiere a la evaluación ciudadana del sistema, el proyecto del senador por San Jerónimo no prevé ninguna instancia de sondeo, mientras que el otro legislador propone la realización de encuestas.
En relación a este punto, la capacitación previa tanto de la población como de las autoridades de mesa es un aspecto clave para el éxito de un nuevo sistema de votación. La propuesta de Capitani no se refiere a este aspecto, en tanto la de Marcucci contempla una amplia y vasta campaña de difusión a realizarse en los sesenta días previos a los comicios. No especifica si parte de la capacitación implicaría el acceso a máquinas simuladoras que permitan a los ciudadanos familiarizarse con el equipo y el sistema.
En cuanto a la modalidad del sufragio en sí, el proyecto del legislador de la UCR no menciona ninguna cuestión. En Argentina se han utilizado dos grandes modelos: uno donde la información del voto de registra en la misma máquina donde se está votando, y otro donde el registro se realiza en un equipo diferente al de votación. En el texto de Marcucci no se explica cuál es la propuesta.
Por su parte, la presentación de Capitani contempla varios aspectos y las describe en buena parte. El sistema, a simple vista, parece similar al aplicado en las elecciones de 2011 en La Falda, provisto por la empresa MSA, donde la elección del elector es impresa en una Boleta Única Electrónica. De todos modos, hay una diferencia importante que consiste en la incorporación de un elemento: el proyecto apunta a la incorporación de una Urna Electrónica para la etapa del escrutinio separada de la Terminal de Votación, mientras que en el sistema de MSA estas dos funciones las cumple el mismo equipo.
Un último aspecto a considerar en este análisis se vincula a un componente fundamental del sistema: el diseño de la boleta digital. En este sentido, Capitani es claro y contundente: “Para la confección y oficialización de las boletas electrónicas a presentar a través de la TVE, el Tribunal Electoral seguirá las pautas y plazos establecidos para la Boleta Única previstas en la Ley 13.156”. Además, explicita que “la votación deberá hacerse categoría por categoría, no pudiendo contemplar una opción de voto por lista completa”.
Por el contrario, el espíritu de la propuesta de Marcucci se aleja del sistema de Boleta Única. El legislador indica que “el diseño de la pantalla contemplará la opción de voto por lista completa de candidatos y por cada categoría de cargo electivo”. Es decir, existiría la posibilidad de seleccionar con una sola marca una lista contempla, cuestión que la ley de Boleta Única no contiene.
Tras realizar este análisis, consideramos que los dos proyectos deben ser profundizados ya que ninguno de los dos legisla la complejidad del proceso de implementación de un sistema de voto electrónico. En algunos aspectos pueden complementarse, mientras que en otros el debate es necesario, ya que proponen alternativas distintas, como en el caso del diseño de la boleta digital.
A continuación detallamos la comparación entre ambos proyectos punto por punto: